miércoles, 15 de julio de 2015

Que curioso...

Mientras caminaba por la ciudad, noté como la aún tierna noche asomaba esos brillos dorados y rojizos que lleva consigo el caer del sol. Admiraba cómo los edificios cambiaban su forma, su esencia. Algunos parecían estar a punto de dormir, mientras otros despertaban alzándose con sus luces sobre las sombras que amenazaban con contenerlos. El viento suave se sentía en el rostro, refrescando un poco las sobras de un calor templado que la tarde había dejado. Las personas pasaban sonrientes, parecía una buena noche, simple y con un rumor bajo, como si nadie quisiera romper ese momento de tranquilidad impuesto por la misma naturaleza, "hasta ella merece un descanso", pensé metiendo mis manos en los bolsillos del pantalón. Al pasar por la plaza central encontré una niña vendiendo gardenias, recordé cómo te gusta su aroma pues me has dicho que huelen a mañanas frescas con promesas de alegría, y de verdad que a mi me gustaría regalarte mañanas así, y tardes y noches... con un gesto le pedí que se acercara y compré dos ramitos; era verdad, su aroma suave te hace sentir optimista. Entonces, decidí postergar un poco mis deberes y pasar rápido a saludarte para poder entregar en persona "una mañana con promesas de alegría" en tus manos. Tu casa no se encontraba tan lejos, así que llegaría pronto, por lo que pensé en hacer una breve escala en el pequeño café que se encuentra a unas cuadras de tu hogar. Ahí venden un café con aroma a noches bohemias y promesas de sueños por realizar, o bueno, eso es lo que siempre he pensado. Al entrar cuál ha sido mi sorpresa al encontrarte ahí, tan linda como siempre, con dos vasos en una pequeña canasta, me acerqué por tu espalada sin que lo notaras, te rodeé con mis manos llenas de gardenias y te dije suavecito al oído, "Hola señorita, le he traído unas mañanas con promesas de alegría", recuerdo que giraste con esa sonrisa de sol que tienes, abriste los ojos grandes y contestaste, "Que curioso señor, yo me disponía a llevarle una noche bohemia con promesas de sueños por realizar". La abracé no sólo con mis brazos sino con el alma y no me quedó más que decir... Que curioso...

                                                                                                                    FABO      

lunes, 13 de julio de 2015

Profesiones...

Es imposible no perderme
en la arquitectura de tu cuerpo
con trazos de naturaleza fantástica,
con formas de universo lejano,
con inspiración verdaderamente divina.

       El perfecto diseño de tu ser,
       la ingeniería aplicada
       en su máxima expresión
       con el sólo hecho de verte andar
       por los parques,
       por las plazas,
       en mi mente.

  Las Leyes de tu alma
  que forman naciones hermanadas
  bajo la normas que establece
  el docto abogado de tu lengua
  que sólo con tu hablar,
  el mundo actúa.

        Esa dulce medicina
        que emana de tu manos curanderas,
        médico de soledades y desesperanzas,
        que con solo una caricia
         resuelve cualquier pesar.

  El pintor de tu sonrisa,
  que expresa un sentimiento
  en un esbozo de tu felicidad
  y la esparce, la extiende,
  y me llena por completo.

           La música creada
           por la orquesta de tu reír,
           que da conciertos por la mañanas
           y aún le quedan fuerzas
           para ese recital nocturno.

   No cabe duda
   que no existe profesión más digna
   que ser parte de ti,
   un elemento más que te conforma,
   mientras tú conformas ese universo
   donde me quedo inmerso y lleno de ti.

                                                                                                   FABO
 

       

sábado, 11 de julio de 2015

Ser nocturno...

La noche me acaricia
con su velo de seda negra
y se desliza lentamente
entre los ásperos sueños
de un ayer por ser vivido.

     Suenan los ecos de las palabras
     escondidas entre las montañas,
     suenan en lenguas muertas
     como muertas están las personas
     que alguna vez las pronunciaron.

 El río sigue su curso,
 nada lo detiene,
 ni las rocas ni los abismos,
 ni tu ausencia
 ni la mía.

       No me importa
       perderme en el temporal,
       qué más da que la lluvia arrecie
       o que merme el cálido verano,
       no pasa nada que no tenga que pasar.

  El huracán se lleva todo
  dejando un falso vacío
  porque de todo,
  la soledad sobrevive
  y camina por su propio sendero,
  ese que no me lleva a ti.

            Sale el sol,
            se asoma tímido tras el horizonte,
            a veces él mismo
            olvida su fuerza y candor,
            su importancia para la vida,
            la necesidad de verlo a diario.

    A veces te pasa lo mismo,
    y me dejas inmerso en una noche eterna,
    no he de mentirte, la costumbre de tu ausencia
    me ha vuelto un ser nocturno,
    la luna me lleva a tu mirada
    y su reflejo al continuo recuerdo de tu ausencia.

          Me quedaré sentado
          junto a la costa,
          admirando el vaivén caprichoso de las olas,
          que me besan con sus tibias aguas cuando llegan,
          que me extrañan cuando no tocan mi piel.

  Buenos días en tu vida linda,
  buenas noches en la mía,
  que aunque no es tan linda como tú
  sigue teniendo motivos
  para ser vivida.

                                                                                              FABO
       


viernes, 3 de julio de 2015

Como un rayo....

Por fin me hundo
en ésta avalancha de recuerdos,
todo cae de un sólo golpe
como un rayo 
con la misma fuerza destructora,
con la misma impresión fantástica.

       Pareciera que fuera ayer,
       un ayer de hace años,
       desde mi perspectiva
       de hace siglos.

 Y te miro igual de linda
  con la sonrisa grande,
  con la esperanza aún más grande,
  y no comprendo aún por completo
  si esto es milagro o pecado.

        "Quédate aquí a mi ladito"
        es una frase que recorre 
        no sólo mi mente
        sino mi alma,
        notas de un pasado tan presente.

Por fin regreso a mi realidad
y tú a la tuya,
pero algo ha cambiado
ya no me siento en la constate
de un mundo aberrantemente predecible.

       Hoy existe esa sorpresa,
       de no saber que esperar mañana,
       sin embargo sonrío,
       porque el ayer me alcanzo 
      aunque sea por un instante.

                                                                                                                 FABO