martes, 12 de abril de 2016

Aunque debo decirte....

No ha pasado tanto tiempo desde tu partida, o tal vez sí, la verdad es que tu ausencia se ha llevado con ella todo de mí, hasta el tiempo. Tal vez tu partida marca el cambio que mi vida necesita, o será solo la excusa que me repito a diario para justificar una acción que no tiene pretexto de ser. Sé que funcionaremos bien, que la vida nos sonreirá y que todo será el común de siempre. No más discusiones por malos entendidos, no más desilusiones o falsas expectativas. Se acabaron las sospechas y las intrigas, dejaremos atrás las ideas de un futuro incierto y las posibilidades de tener un corazón roto y una esperanza deshecha. Parece que la calma por fin llegará a nuestras vidas y nos recordaremos algún día con una sonrisa. Mis días pasarán con normalidad al igual que los tuyos, el sol seguirá su camino y las noches se llenarán de estrellas como lo han hecho siempre, el agua seguirá refrescando y el viento nos traerá aromas de siempre, la vida ni siquiera notará nuestra ausencia y llegará un punto en el que no tenernos lado a lado será lo de siempre, y lo de siempre no duele.

Aunque debo decirte...

Que siempre preferí una discusión contigo que una sonrisa con alguien más, porque tus razones y la pasión con la que las defiendes te volvían tan fuerte y admirable; verdad es que jamás peleamos por algo trascendental pero siempre fueron debates interesantes, y lo mejor es que todas terminaban en un beso y el calor de tu piel entre mis brazos. Siempre tuve la ilusión de tenerte en mi vida y por un breve instante así fue ¿Quién dijo que los sueños no se cumplen? si yo te tuve a mi lado. Mi futuro incierto, siempre lo fue, aún contigo a mi lado porque me imagine cómo sería envejecer a tu lado, qué sería de nosotros cuando la cama la usáramos más para dormir y platicar que como un campo de épicas batallas. Siempre imaginé nuestros diálogos nocturnos, nuestro amor a prueba de años y esos mismos años sorprendidos de querernos tanto. Nunca tuve el corazón roto a tu lado, y ni siquiera ahora lo tengo, al contrario si algo aprendí contigo fue la fuerza del cariño, ese que es honesto y sincero, el que duele pero como buen acero se templa a cada golpe y brasa. Mis esperanzas siguen puestas en ti porque la esperanza es lo que mueve al mundo, nuestra humanidad se basa en la esperanza y tú eres la base de mi propia humanidad, me defino como ser humano porque te pienso, te quiero, te sueño y tengo esperanza de ti y por ti. Yo no busco calma en mi vida, busco esa sensación de ir volando a tu encuentro; el vació de la caída vertiginosa en mi estómago cuando siento que vas a irte y el alivio triunfal de tu regreso esperado. Yo no quiero días normales porque un loco como yo no los puede tener. El sol seguirá su camino pero ahora el horizonte es distinto, su calor se siente, aunque sólo sobre la piel pues el verdadero calor se irradia de adentro hacia afuera y es ahí donde me falta la chispa de ti para encender todo de mí. Las noches seguirán estrelladas, pero su luz se siente un poco opaca porque me hace falta la claridad de tu sonrisa para limpiar mi mirada y apreciar el mundo bello que tenemos. El agua seguirá refrescando pero esta vez no apaga la sed que tengo de ti. El viento soplará con aromas de siempre, pero no encuentro el tuyo y es por ello que me cuesta trabajo respirar. La vida puede que no note nuestra ausencia, pero mi vida eres tú y te tengo tan presente en tu lejanía que todo el tiempo te extraño aunque hable de política, álgebra o cine, tú estarás inmersa en cada palabra que mencione. Hoy duele tu partida y hasta cierto punto lo disfruto porque el amor es un sentimiento que incluye a todos los sentimientos; la felicidad y la tristeza, el alivio y el dolor... si no te amara no sentiría nada y eso me convertiría en una máquina, es por ti que me siento aterradoramente vivo, felizmente vivo, necesariamente vivo... vivo... para buscarte y encontrarte de nuevo, para amarte aunque no estés a mi lado, para vivirte a través del tiempo, de mi tiempo... Quiero que sepas que siempre te vi en mi futuro, que siempre quise estar a tu lado y que no hay momento que no piense en ti. No pasa un segundo sin que extrañe un pequeño detalle de ti. Tú serás, no lo de siempre sino que serás lo eterno, que es muy diferente, porque te volverás tan atemporal en mi vida que sobrepasare ésta y "eso" que me espera al otro lado será tu mano extendida, tal vez en otra forma, en otro mundo, pero siempre serás tú...

y yo te seguiré amando.


                                                                                                           FABO